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En el último siglo, la sociedad occidental, ha entrado en un descontrolado aumento en el consumo de energía, que multiplica por cien las necesidades que un hombre precisa para que su organismo viva.

El uso generalizado de los combustibles fósiles, inicialmente con costes muy bajos de obtención y transformación, ha provocado la completa dependencia de los mismos, incrementándose tanto su consumo que hace que esta fuente de energía no renovable, antes o después se agotará. En la etapa actual de inicio del desequilibrio entre una demanda creciente y una oferta concreta, y con un futuro inestable y finito, está produciendo un encarecimiento alarmante de estos productos.

La humanidad no cuenta con alternativas energéticas inmediatas de sustitución.
Su propia naturaleza de fuente de carbono fijada de la atmósfera durante millones de años, gracias a la fotosíntesis, hace que al combinarlos con oxigeno para obtener energía, devuelvan a la atmósfera todo ese carbono fijado, en forma de CO2, causa ya incuestionable de los cambios climáticos que en las últimas décadas se aprecian en el planeta, y que desestabilizan el “orden” que en los últimos siglos reinaba en la Biosfera.

Durante siglos la agricultura se ha centrado en el cultivo de especies vegetales, cuyo destino principal era y es proveer a la humanidad de alimento, bien directamente, o transformados por las especies ganaderas. También se buscó la obtención de fibras para la consecución de tejidos.

Se lleva trabajando durante años en la búsqueda de especies que permitan mediante su cultivo ser fuente de energía, pudiéndose transformar en electricidad, biocarburantes, y combustibles sólidos para proporcionar calor ó agua caliente sanitaria a los hogares.

No es ya solo aprovechar los subproductos de la agricultura, o adaptar los cultivos actuales a otros usos, es algo más importante y radical; buscar y seleccionar especies vegetales, que con las técnicas culturales necesarias, se conviertan en fuentes renovables de energía de producción distribuida, y que garanticen de forma relevante el autoabastecimiento energético.

Cualquier territorio ha de evaluar sus posibilidades para este fin podrán encontrarse especies que se aparten a su suelo y clima para ser fuentes de  “Energía Cultivada”